Las organizaciones deben de llevar una evaluación inicial de su consumo eléctrico. Sería usted capaz de contestar a estar sencillas preguntas:
- ¿a cuánto asciende actualmente su consumo eléctrico?
- ¿en dónde lo consume? ¿cuándo? ¿de qué depende?
Posiblemente necesite mirar sus facturas eléctricas para saber cuánto se ha gastado su organización en el pasado, es fácil e intuitivo, ¿le parece mucho? Pero a que le cuesta mucho más trabajo averiguar dónde lo ha consumido, cuándo lo ha consumido, y/o de que depende que consuma más o menos electricidad ? ¿y en este momento, sabe cuánto esta consumiendo su organización? En IMERGIA estamos seguros de que dentro de su organización se pueden implementar una serie de procesos que, sin coste económico, sean capaces de reducirnos el consumo eléctrico en un 30% sin disminuir la calidad y la capacidad productiva.
Como decía Lord Kelvin “ lo que no se define no se puede medir; lo que no se mide no se puede mejorar; lo que no se mejora, se degrada.”
IMERGIA dispone de una herramienta única y exclusiva que nos permite informarle a tiempo de real del consumo eléctrico de su organización, de identificar y cuantificar las áreas de consumo más significativas, y de estimar el consumo eléctrico esperado durante el siguiente periodo. Permítanos que seamos sus asesores energéticos, le ayudaremos a definir nuevas políticas energéticas que permitan reducir el coste energético de su organización.
¿Qué potencial de ahorro tiene mi organización? Sin duda esta debe de ser una de las primeras y fundamentales cuestiones de deberá de plantearse la alta dirección. Pero dar respuesta a esta cuestión suele ser muy complicado, dado que necesitaríamos conocer no sólo cuánto consumimos, sino en qué, en dónde en que momentos, y desde luego, a través del estudio de la factura eléctrica, independientemente de los sencillo o complicado que esta tarea pudiera ser, siempre estamos haciendo análisis en tiempos pasados.
Implantar un sistema de gestión energética implica conocer el consumo pasado y el presente, pero no sólo en su contante general o en un análisis mensual, trimestral o incluso anual, sino saber exactamente dónde, cuánto y de que forma estoy consumiendo en cada momento, de forma que seamos capaces de definir una serie de actuaciones ( Hacer) que teóricamente nos permitan reducir el consumo eléctrico, Verificar las mismas (mediante una monitorización a tiempo real del consumo, y Actuar para se cumplan unos objetivos de reducir el coste energético de mi organización.
Asesorarles energéticamente nos obliga a informarles del consumo eléctrico asociado a sus niveles de producción y/o a otros factores que pudieran afectar al consumo. El grado de detalle al que llegaremos dependerá del tipo y del tamaño de su organización, pero como mínimo usted debería de conocer cómo usa esta energía eléctrica (iluminación, climatización, ventilación, producción, etc) y empezar a plantearse una serie de metas y objetivos para reducir el consumo. Es obvio que si vamos a proponerle una serie de planes de acción, se nos hace imprescindible identificar cuales son sus áreas de consumo eléctrico significativo, es decir, aquel que representa una proporción alta del consumo eléctrico total de la organización, pero también identificar otras áreas que ofrezcan un potencial considerable de ahorro: la Organización debe ser capaz de corroborar por qué se considera significativo el consumo eléctrico y ser capaz de evaluarlo continuamente.
Una estimación del consumo esperado durante el siguiente periodo deberá de basarse de un histórico de consumos, de unas lecturas de contadores, de las horas de funcionamiento, de los cambios operacionales planificados, etc…. Sin duda no parece una tarea sencilla, pero IMERGIA dispone de una herramienta con tales características, de forma que vamos a definir una serie de “modelos de consumo” adaptable a cuantas situaciones necesite su organización, a partir de la cual marcarnos una serie de objetivos y metas, y por lo tanto conocer si el potencial de ahorro eléctrico previsto en la organización es de un 15 % o bien cercano al 30 %.
Pero a esta sistemática le falta el último y más importante aspecto a fin de que nos garantice el éxito del sistema: la implicación de todos las persona que trabajan para la organización. Empezando por la implicación de la alta dirección, debemos de ser capaces de identificar a todas las personas que trabajan en la organización y en su nombre, cuyas acciones puedan conducir a cambios significativos en el consumo eléctrico. La forma en la IMERGIA consigue reducir el consumo eléctrico no es a través de la instalación de equipos “mágicos” que garanticen la reducción del consumo de sus luminarias, equipos de climatización o similares, ni tampoco la de que su organización invierta en sistemas más eficientes energéticamente (nuevos motores, nuevos compresores, nuevas luminarias, …), sino trabajando sobre los HÁBITOS DE CONSUMO. Vamos a tratar primeramente de identificar y establecer prioridades de las oportunidades de mejora de la eficiencia energética, puesto que nuestra experiencia nos contratar que las mejores oportunidades vendrán de medidas de sentido común sin costo, es decir, enseñar al personal a apagar el equipo cuando no se usa, promoción y toma de conciencia del desempeño energético en las prácticas de trabajo del personal, etc. A través de mediciones reales continuas, y siempre de una manera progresiva, demostraremos como entre todos, y sin coste alguno, somos capaces de reducir el consumo energético, reducir la factura eléctrica y contribuir al mismo tiempo al cuidado de medio.